El trascender

En estas últimas semanas tuve la triste experiencia de la partida de mi madre.

Ella ya padecía de una enfermedad crónica y pues sabíamos que su partida física ocurriría en un tiempo pronto, pero nunca pensamos que tan pronto.

Tuvimos todos los hermanos que viajar a Lima a modo de emergencia.

Cuando observe el cuerpo de mi madre sin vida. Tras unos minutos de hacerlo, tome consciencia de que ese cuerpo ya no era “mi madre”.

Mi madre ES la chispa divina energética que justamente hacía mover ese cuerpo, daba sus hermosas sonrisas, sus abrazos, sus besos. Esa chispa divina ya no estaba con ella, esa chispa estaba otra vez libre, en el universo celestial. Formando otra vez parte de Dios y todos los seres que ella amaba y que partieron antes que ella.

Volví a tomar consciencia que esa chispa energética divina estaba dentro de nosotros, estaba dentro de mi.

En ese momento dejé de estar triste, pues a pesar de extrañar su presencia física y el apego terrenal. Ahora tengo la certeza que mi madre sigue viva, dentro de cada uno de nosotros, dentro de mí.

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